Videojuego, continuación de Dragon Age: Origins, en la que el jugador debe enfrentarse y luchar contra nuevo engendros.
El compositor mantiene un espíritu musical similar al que aplicara en la primera entrega del juego. Aquí es algo más dramático y oscuro, aunque también lírico. Vuelve a hacer uso del tema principal, variándolo, y aporta nuevos temas de cuidada belleza. En su conjunto es una obra coherente con la anterior y está sólidamente estructurada.