Un niño va en busca de un dragón cautivo en una isla y allí encuentra mucho más de lo que jamás podría haber imaginado.
Los compositores firman una hermosa creación que se desarrolla en un camino de búsqueda hacia la liberación y madurez del niño y del dragón. Está fisicalizada con un bellísimo tema principal que, como los propios personajes, va sorteando los conflictos, dificultades y amenazas hasta eclosionar y expandirse, aportando luz y emotividad, y uniendo a los dos protagonistas. Otras músicas son circunstanciales y ambientales y conforman una banda sonora elegante, delicada, que se corresponde bien a la tonalidad de los colores visuales y emocionales, si bien no logra hacer despegar a un filme que no emprende el vuelo en sus pretensiones.