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DUNKERQUE

INFORMACIÓN DISCOGRÁFICA
Compositor: Zimmer, Hans
Sello: WaterTower
Duración: 59 minutos
INFORMACIÓN DE LA PELÍCULA
Título original: Dunkirk
Director: Christopher Nolan
Nacionalidad: EE UU
Año: 2017
ARGUMENTO

Relato de lo acontecido en 1940, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando centenares de miles de tropas británicas y aliadas se encontraron rodeadas por los alemanes y debieron organizar una fuga a la desesperada hacia Inglaterra.

PUNTUACIÓN MUNDOBSO
6
PUNTUACIÓN USUARIOS
6.1
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Total de votos: 48
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COMENTARIO MUNDOBSO

Este filme narra los acontecimientos desde tres perspectivas con un protagonista en cada una: un soldado (tierra), el dueño de una barca (mar) y un piloto (aire). Pero en esta película no hay ni rastro de soldados alemanes, ni cuerpos mutilados o sangre, a pesar de la matanza, y los aviones enemigos son vistos desde cierta distancia. El infierno real está en la música deliberadamente insoportable, atosigadora y martilleante de Hans Zimmer. No hay en ella intención narrativa, pues nada explica; no diferencia tierra de mar o de aire y tampoco se ubica en la perspectiva de los personajes, ajenos e indiferentes a ella: la misma música acompaña hechos completamente diferentes (la tensión en el embarque en la costa francesa y la tranquilidad en la preparación de las barcas de rescate en Inglaterra, por ejemplo) y en lo dramático no resalta emociones de personajes, pues igualmente estos comparten la misma música estando en estados emocionales y psicológicos bien diferentes.

Zimmer no está en el filme para explicarlo ni para ponerse en la piel de los personajes, sino para ofrecer al espectador una experiencia única: que mientras es testigo visual de una fuga masiva sufra un ataque directo e inmisericorde desde el espacio sonoro. No hay estructura ni lógica -ni se pretende- en la aplicación de los diferentes bloques musicales, no hay temas reconocibles o que puedan aportar algún significado que el espectador racionalice o asuma como parte de la narración. Nada de eso hay, solo la expresa voluntad de hacer que la inmersión en la película resulte incómoda, pesadillesca, un infierno.

Durante los primeros veinte o treinta minutos esta agresión funciona espléndidamente y por su visceralidad y radicalidad trasmite una idea subliminal de aniquiliación apocalíptica: puede que la hubiera antes, pero ya no hay rastro de música en esta playa, la que hay está destruida o, desde otra perspectiva, en este escenario es imposible que tome forma algo tan humano como la música. Se aprecian, sueltos y desordenados, elementos como la ansiedad, la desesperación, la destrucción, el vacío y sobre todo un pesimismo que lo invade todo... pero nada llega a tomar cuerpo o forma concreta, salvo un persistente tic-tac que recuerda inflexible que el tiempo se acaba, y eso contribuye mucho y bien al desconcierto. Pero pasados esos primeros veinte o treinta minutos, y porque apenas hay interrupción alguna (y especialmente se nota la ausencia de algún contrapunto melódico que lo equilibre y permita un cierto descanso, como el compositor sí hizo en otros filmes) comienza a producirse una sobresaturación que acaba por jugar muy a la contra de la pretensiones iniciales y la música deja de ser pesadillesca para empezar a ser un irritante estorbo que, por por pura protección, se acaba ignorando para -y esto es lo terrible- poder seguir viendo el filme en paz.

Este exceso y la falta de balance y contención es el principal problema, aunque no el único: tras el martilleo incesante cualquier música apacible será recibida automáticamente como agua de mayo. Sucede así en el tramo final de la película, con la música elegíaca puesta ahora sí para narrar y para vincularse a las emociones de los personajes y espectadores. Se trata de una versión de las Variaciones Enigma de Edgar (a cargo de Benjamin Wallfisch). Funciona por lo que tiene de liberación y de salida del infierno y ciertamente genera la reacción buscada. Pero es como aferrarse a un salvavidas, sin demasiadas exigencias, pues aparte de ser un recurso obvio e incluso tópico se trata de un tema bellísimo -con adaptación, eso sí, más discutible- pero que en todo caso en ese contexto queda algo forzado e impostado y tendenciosamente melodramático. Una trampa algo maniquea innecesaria en un filme que merecía otro final. ¿Tanto sufrimiento para esta recompensa? ¿O es una ironía que en el primer momento en el que se puede escuchar música melódica... no sea de Zimmer?. También cabe la posibilidad que el compositor y Nolan hayan querido explicar sutilmente que aquellos que han sido derrotados estrepitosamente no merecían una elegía musical expresamente escrita para ellos. Todo es posible.

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Usuario: emporio blanko
Fecha de publicación: 17.11.2023
La banda sonora en si es de notable, pero para mi destacan 4 temas soberbios y lo demás normalito, realmente buena. Que esté valorada por la página actualmente con un 6 de nota y por la gente es una broma. Es una de las mejores bandas sonoras de hans zimmer , esto es de notable alto.
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Usuario: HECTOR MANUEL ROSAS CAUICH
Fecha de publicación: 05.03.2018
Estoy de acuerdo con Conrado! Zimmer merece llevarse el Oscar por esta música tan grandiosa! La verdad una gran bso qué ha compuesto para dunkirk. Aunque honestamente no creo que gané pero no quiere decir que no sea una gran obra maestra! Muy buena bso. saludos
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Usuario: Mikel C.G Siw
Fecha de publicación: 01.08.2017
Christopher Nolan filma una de las películas más extrañas que he visto en mi vida. Para ser una obra bélica, sorprende que (salvo algún momento puntual) no se vea al enemigo por ninguna parte; aunque tiene mérito que aún así logre crear tensión. Pero todo es muy aséptico, muy suave, y la implicación con la trama se acaba resintiendo. Tampoco es que interesen especialmente ninguno de los personajes. Van y vienen con cara de susto pero no hay desarrollo alguno en sus motivaciones. DUNKERQUE ni de lejos me parece una obra maestra, si bien tampoco es una mala película. Su montaje es preciso y la fotografía es alucinante, pero apenas puedo sacarle más virtudes.

Después está el score de Hans, una obra enigmática y psicodélica que posee un único objetivo; descorazonar al respetable mediante el uso continuo de cadencias efervescentes que no dan respiro en ningún momento. El problema es que la música golpea con mucha fuerza desde el principio, lo que hace que, pasada la media hora, el espectador se acabe acostumbrando, reduciendo así su temor en lo que queda de metraje. Es sin duda un score valiente y desgarrador, comprometido y visceral, e indudablemente genera mucho suspense; pero tampoco es una obra cumbre en la trayectoria de Hans. Cumple con su cometido y además con nota bien alta, pero creo que no pasará a la historia.

Tanto la peli como el score dejan un sabor de boca algo amargo. Es un proyecto muy personal que merecía una ejecución más brillante. Esperaba mucho de DUNKERQUE y al final el shock no ha sido para tanto. Probablemente estemos ante la película más irregular del realizador, a la que le ha faltado mucha garra para sobresaltar. Y el score es, como he dicho, muy visceral; pero no ha sido bien dosificado y por ello termina generando bastante indiferencia.

La trilogía del CABALLERO OSCURO, INCEPTION o INTERSTELLAR me parecen pelis y scores mucho más interesantes que esta DUNKERQUE; un film bélico explícito pero al que le falta pasión. Brilla en los pequeños detalles, pero rara vez sobrecoge y apenas emociona.
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Usuario: (manu) Manuel Monteagudo Lopez
Fecha de publicación: 26.07.2017
Zimmer sacrificándose por Nolan...y bendito sacrificio señores. Desde luego, la banda sonora tiene su razón de ser (como toda banda sonora que se precie) dentro de la (maravillosa) película que ha orquestado el bueno de Christopher, pues fuera de ella seguramente le parezca a los oyentes una experiencia ruidosa e insufrible. Ahora bien, dentro del film el cabrón de Hans consigue meterte en ese infierno angustioso de manera casi ipsofacta sin dar apenas ni un solo descanso. No hay apenas momento en el que la música (integrada con los efectos de sonido de forma MAGISTRAL) se tome un respiro, dando una sensación de urgencia constante, de esa amenaza que nunca vemos personificada, que desde luego, consigue mantenernos en vilo durante todo el trayecto del film. Nunca ofrece seguridad o estabilidad, salvo en los momentos en los que la esperanza por salir de ese infierno son mas posibles.

Entiendo que a muchos de aquí les resulte agotador lo machacón que resulta Zimmer, y no les voy a quitar la razón en absoluto, pues resulta comprensible que pasada una hora de película la amenaza, el miedo y la angustia retratadas por Nolan y el teutón termine por finalizar su efecto. Pero creo que esto depende de cada espectador, pues director y compositor mantienen su idea de urgencia hasta sus últimas consecuencias y lo que pretenden es, precisamente, que agote, que acabemos totalmente exhaustos como los personajes del film, y como tal, creo que el objetivo se cumple de principio a fin (sólo hay que ver la manera en la que cierra el uso del reloj...brillante es poco).

Por eso mismo, me encuentro como defensor absoluto de una banda sonora que da el cien por cien con el film, que alcanza el objetivo buscado (quizá en la parte emotiva se vea algo mas perjudicada, sin duda, pero el film apenas deja ofrecer estos momentos, siendo mas estoica y solemne que otra cosa), y que apenas da descanso buscando atronar al respetable con todo el mayor de los sentidos, en un ejercicio de urgencia cinematográfica orquestada por Christopher Nolan simplemente magistral, y uno de los máximos responsables de que esto funcione es el trabajo de Hans Zimmer. Chapeau, y seguramente, una de las mejores del año por el compromiso puesto dentro de su narrativa.
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RESPUESTAS A ESTE COMENTARIO
Usuario: Fernando Fernández de Arriba
Fecha de publicación: 31.07.2017
Totalmente de acuerdo con Manu; he salido del cine completamente extasiado ante el, posiblemente, trabajo más brutal, frenético, angustiante y "crescendo sin fin" del gran Zimmer.

Está claro que si se llega a recurrir a lo típico, muchos podrían haber dicho que la película está llena de melodías bonitas y sería una buena banda sonora más, pero aquí Zimmer rompe los moldes. A alguien le gustaría escuchar una obra a límite de sonoridad deseando saber cuando acaba pero que sea más y más y más? A alguien le gustaría ver el límite musicalmente hablando? Aquí está.

Tanto película como banda sonora deben disfrutarse en un buen cine porque, admitámoslo, no debe ser agradable con un buen equipo escucharlo rodeado de vecinos... ni siquiera uno mismo! Brutalidad musical que te mete de lleno en las imágenes y no hay necesidad de mostrar más de lo que muestra, Nolan se premite el lujo de no necesitar mostrar al enemigo, no necesita llenar todo de sangre, la angustia se transmite en cada nota musical y la pesadilla está servida.

Obras melódicas y épicas hay muchas, pero al limite como está solo una, Dunkerque! BRAVO HANS ZIMMER!!!!!!
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Usuario: jewen (Jesé Cabezas)
Fecha de publicación: 22.07.2017
Hace unas semanas se libero a modo de single una de las pistas del álbum Dunkirk, titulada “Supermarine”.
Un ejercicio de in crescendo que estando muy bien producido es indudable que sonaba muy familiar, sonaba demasiado a Zimmer, pero no por estilo sin por las formas. Formas que ya ha empleado en el pasado y que cualquier hijo de vecino a poco que esté familiarizado con sus bandas sonoras podía rápidamente percibir.
Ese single me ayudo a tomar una decisión poco habitual en mi persona, ir al cine sin escuchar previamente la banda sonora. Y si lo hago la mayoría de las veces es porque este movimiento me ayuda a concentrarme no tanto en lo que más me suele gustar de las películas como es la música, y más en lo que suele ser primordial (no me tiréis muchas piedras), como pueden ser el guion o las actuaciones.

En primer lugar antes de meterme en materia, admiro las aportaciones que Conrado, Toni e Ignacio han dado. Ponderadas y portentosas opiniones sobre lo que significa el trabajo de Nolan\Zimmer en Dunkirk.

Personalmente me ha llamado la atención y descolocado a partes iguales el uso tan “standard” y desestructurado de la banda sonora en el film. Me explico.
En el caso particular del tema “Supermarine”, que claramente va orientado a dar resonancia al conflicto del “AIRE”, me parece totalmente desperdiciado. Partimos de la base de que el tema es más genérico que un pan de molde (con o sin corteza), pero es indudable lo bien que funciona la subida del ritmo al tiempo que la lucha aérea se va volviendo más violenta y fatal.
El problema no es que solo se luzca o desarrolle casi por completo en el desenlace de la historia que se nos cuenta, el problema gordo está en todas las breves escenas posteriores (no son pocas) donde el ritmo musical o mejor dicho el desarrollo de dicho tema se entrecorta descarada y constantemente para hacernos un lapsus y seguirnos contando los otros dos conflictos “MAR” o “TIERRA”.
Ese dejar en “stand by” frecuentemente el tema musical me hace recordar que sigo en una butaca de cine y me saca totalmente de la experiencia inmersiva que propone el director.
Todo lo “contrario” sucede con las escenas de “TIERRA” y “MAR” donde la música carece casi de estructura melódica, basándose por lo general en el concepto del sonido de un reloj para generar tensión y en un ostinato (made in Inception) interminable. Tensión que tan pronto generan como estropean debido al excesivo “copia y pega” musical del que adolece la película. Y es que a excepción del tema musical para el “AIRE” durante todo el metraje me pareció estar escuchando la misma melodía puesta en bucle, lo que deja una sensación de agotamiento mental digno de una guerra.
Retomando el tema del “AIRE”, pues resulta que no es tan tema del “AIRE” como parecía. Y es que resulta que el desenlace del conflicto “MAR” – “TIERRA” está claramente abordado con la característica melodía para las escenas aéreas. Ahí es cuando la lógica musical se tira por la borda, no para volver a Inglaterra, sino para quedarse en Dunkerque.
Y ni siquiera el tema “pseudo-heróico” inspirado en las variaciones del compositor inglés Edward Elgar consiguió remontarme el vuelo. Estaba ahí porque si, pero no porque la música me llevara a este epilogo “pseudo-épico-intimista”, sino porque por razones obvias no puedes terminar Dunkirk de la misma forma agónica y tortuosa con la que comenzaste.

Como película debo reconocer que me impacto por su arriesgada narrativa y montaje, así como por la casi nula exposición, un tema que a los Anti-Nolan tanto les gusta sacar brillo.
Lo siento, pero aquí no hay excusa.
Luego técnica y visualmente es un absoluto portento cinematográfico, y las contenidas actuaciones son tan certeras y realistas como los torpedos del enemigo.
Un film bélico que no es propaganda bélica, eso es un autentico milagro hollywoodiense. Y solo por eso creo que merece ser elogiada, pero sus meritos superan por mucho sus carencias y su honestidad.
Una autentica demostración de lo que es autentico CINE, con garra y firma de autor, uno que gustara más o menos, pero que a mal que pese nos vuelve a recordar porque amamos el Séptimo Arte.
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