Filme de animación sobre el viaje en barco que comenzó en 1519 en Sevilla y concluyó tres años después en el mismo sitio, completando así la primera vuelva alrededor de la Tierra de la Historia.
El compositor aplica una notable creación sinfónica clásica estructurada en derredor de un poderoso tema principal que enfatiza la aventura y la emoción que los personajes (y espectadores) sienten por ella. Es un tema sólido, retentivo, que conoce transformaciones dramatizadas, en función de las distintas situaciones (excitación, peligro, calma, etc) pero sobre todo es un tema exterior en el filme, que está puesto como parte del relato (aquí musical) de esa aventura. Esta música se retroalimenta y dialoga con el tema central de Elcano, que es un tema orgánico en el filme y que le explica como personaje y cómo siente su amor por Shamar... pero más allá de ella, pues cuando se separan la música pasa a explicar cómo él siente su amor por la odisea que protagoniza.
Tema principal y tema central se significan aún más con dos contratemas: el del pérfido Dacosta y el tema del complot, que de todos modos aunque son amenazantes no logran ensombrecer la fuerza de las músicas positivas. Lo que lamentablemente sí las ensombrece es su deficiente montaje sonoro, que quita protagonismo a la música en los momentos donde es mucho más importante escucharla a ella que a las olas del mar u otros efectos sonoros, y también por algunas escenas -como la partida de los barcos- que no fueron concebidas pensando en música, en lo mucho que podría hacer si se la hubiera dejara espacio para levantar anclas y elevar la película aún más. Aún así, la travesía musical llega triunfante y exitosa a puerto.