Continuación de Elizabeth (98), centrada en los años de madurez de la reina Isabel I de Inglaterra y su relación con el aventurero Sir Walter Raleigh.
Partitura en la que se marca mucha distancia con la soberbia creación que escribiera David Hirschfelder en el anterior filme. La decisión de no contar con sus servicios no ha servido para superar resultados musicales. Aquí, la banda sonora es dramática pero errática, poco definida en sus propósitos, ni siquiera equiparable en fuerza en los temas corales. Hay referencias a la música del período, temas étnicos y otros de suspense y acción, pero con excesos de efectismos, innecesarios.