Nadie es lo que parece en este thriller neo-noir ambientado en Nueva York donde imperan la manipulación implacable y los peligrosos juegos de poder.
Banda sonora que se aplica para recrear un entorno de engaño y farsa mediante música ambigua, indefinida, desarrollada en los territorios del suspense y en menor medida también de la comedia. Es una creación elegante, que aporta distinción a los personajes y que coexiste bien con las canciones en la película.