Un profesor de literatura francesa, desalentado con sus nuevos alumnos, descubre entusiasmado que uno de ellos muestra un agudo y sutil sentido de la observación. Este chico, que se siente extrañamente fascinado por la familia de uno de sus compañeros, escribirá, animado por el profesor, una especie de novela sobre esa familia (y también sobre el profesor), en la que es difícil distinguir entre realidad y ficción.
El compositor aplica una elegante partitura que desarrolla en tres ámbitos, el menos importante de los cuales es el ambiental, en tanto los otros dos se mueven en lo evocador y lo dramático. La parte que destina a la evocación se sustancia en un poderoso y exquisito tema principal que reitera y varía y que sirve para impregnar la película de un sentimiento optimista, vitalista, que goza de un importante componente expansivo y que ayuda a fortalecer al pequeño protagonista, inundando con la magia de la música a quienes le rodean. Frente a este poderío, una música austera, emotiva y sentida, que expone su fragilidad y vulnerabilidad, y que también refleja su bondad. Ambos aspectos son liderados por sendos temas centrales, con los que el compositor simplifica adecuadamente el mensaje poético y lírico de su música.