Secuela de Und ewig singen die Wälder (59), en la que los hijos de las respectivas familias siguen la pugna y lucha.
El compositor mantuvo las líneas temáticas de la primera parte, con un mayor incremento de lo dramático, dotando a algunos momentos de carácter trágico, oscuro. Se acompaña de Und ewig singen die Wälder (59).