Cuatro empleados de una empresa de cosmética luchan por sus sueños a la vez que se enfrentan a sus ambiciones, miedos, amores y traiciones.
Un notable arranque abre las puertas a una banda sonora de comedia y sentimental, con influencia musical de la música de Thomas Newman -si bien en momentos puntuales-, que ayuda de modo decisivo a generar un ambiente sátiro, corrosivo, pero paulatinamente va perdiendo fuelle y foco, entrando en estancamiento y acomodándose en territorio completamente convencional, especialmente en lo dramático. La banda sonora va de más a menos y agota pronto las interesantes ideas que proponía en un primer bloque de la película. Aún así, es una creación estimable y digna.