El apocalipsis resulta ser una bendición para un recluso, hasta que un segundo superviviente llega para hacerle compañía...
El compositor aplica una banda sonora ambiental con la que mediante la música instrumental y la electrónica recrea un entorno desolador, apocalíptico y también emocionalmente devastado. Acaba por resultar algo monótona e insuficiente en sus pretensiones dramáticas.