El alma de una bailarina del siglo XIX se reencarna en una joven, también bailarina, de finales del XX, y esa posesión la lleva a sufrir extraños fenómenos.
Partitura de tono claroscuro, en la que el compositor enfrenta música densa y opaca con melodías de corte romántico, a modo de lucha entre el pasado y el presente. Su tema principal conjuga lo hipnóptico y lo melancólico, como expresión del carácter de la protagonista. Contiene momentos muy hermosos y afligidos, así como otros de contenida tensión. Se acompaña de la banda sonora de Stridulum (78).