Durante el último vuelo de un transatlántico, un sacerdote, un rabino y la tripulación de vuelo luchan por salvar el avión de una pandemia de posesiones demoníacas.
Para este filme que es una parodia del cine de catástrofes y de exorcismos el compositor aplica una divertida y variada creación con un estupendo tema principal que evoca, en buena media, el de Elmer Bernstein para Airplane! (80) e incluye referencias varias, entre ellas la música de Mike Oldfield que fue empleada en The Exorcist (73) Todo ello con la impronta tan reconocible de Richard Band, en lo que no es más que un sinfin de autoreferencias para el divertimento.