Una joven sufre alucinaciones y decide someterse a un exorcismo, pero muere durante el mismo. El sacerdote es acusado de homicidio negligente y una abogada acepta representarle.
Partitura atonal, densa y elaborada, de factura apocalíptica, que impone un ambiente psicológico en el que el compositor elude lo siniestro en favor de lo dramático para primar la incerteza que la protagonista sufre, hasta el final, donde la música se libera de modo muy bello.