Filme de animación basado en la serie televisiva en torno a una peculiar familia de adoradores de la muerte y la noche.
Aunque los compositores intentan recoger el espíritu musical de Vic Mizzi -cuya música se incorpora- y también el de Marc Shaiman, a quien se emula, esta es una creación desangelada, sin humor ni gracia, que no logra levantar el filme ni darle el aura buscado. Le falta una mínima solidez en su estructura y también carece de melodías que aporten algo más allá de lo esperable y lo rutinario. Por eso, cuando se cita la música original es cuando se encuentran los mejores momentos de esta banda sonora sustancialmente apática y aburrida.