Una actriz, ya veterana, se niega el hecho de haber envejecido y pretende aferrarse a los recuerdos de los años que la mantuvieron en el estrellato.
Bellísima y también desesperada creación en la que el compositor, con la inteligencia y el talento que siempre le caracterizó, logra mantener un equilibrio psicológico entre el mundo real en el que se desenvuelve la protagonista y el mundo de los recuerdos. Expone, con hermosa música, un entorno idílico y lo contrasta, con sutileza, con la dramática realidad existente. Partitura intensa y apasionada, llena de calor pero también de profundo dolor. Se acompaña de una suite de Crisis (50).