La historia de la misión de la NASA que llevó al primer hombre a la Luna, Neil Armstrong.
Reseña de Gabriel Yong:
Damien Chazelle es un director con un respeto enorme por la música de cine, la entiende no solo como un mero acompañante sino como arma narrativa y que de su desarrollo se puedan desprender emociones, pero si bien en La La Land (16), su anterior filme, la música fue enfática, festiva y hasta por momentos exagerada siendo muestra de lo caótica que era aquella cinta donde los homenajes primaban más que las ideas visuales, en esta cinta todo fue diferente.
La idea de realizar una película del espacio no tan enfocada en la épica grandilocuente como lo expresó Conti en la muy notable The Right Stuff (83), ni la completa vocación a la acción combinada con suspense donde Horner demostró suprema pericia en Apollo 13 (95), llevó a Chazelle a plantearse la idea de una película de seguimiento, de análisis de personaje, donde la cámara en mano era la que introducía a los espacios interiores e íntimos de una familia y la vida de un hombre atormentado, destruido por la fatídica muerte de su hija, destinado a levantarse y alcanzar la inmortalidad pero aún mas importante a rehacerse y seguir adelante. Para ello Justin Hurwitz desarrolla tres ideas temáticas muy claras:
La primera es un tema vigoroso para la NASA, un tema que acompaña a todos los astronautas mientras avanza la década de los sesenta, tanto en sus triunfos durante la carrera espacial como en las tragedias y el coste humano que tuvo semejante empresa. El compositor prefiere que el silencio inunde los espacios de los funerales, marcando el tono correcto al mostrarlos vulnerables a todos los astronautas.
La segunda idea temática es el tema de Neil Armstrong, que tiene una presencia marcada en el relato donde muestra estados de animo del personaje, ya sea en la felicidad familiar, la tensión que tendrá el despegue en el Saturno V o en su arrojo al querer aterrizar el modulo lunar, pero la música guarda una sorpresa al final con este tema.
El tema principal no destaca por su elaborada construcción formal, siendo hasta simple en comparativa con otros temas, sino por su maestría en la aplicación cinematográfica: es el de Karen, la hija de Armstrong, y aparece por primera vez asociado a ella, pero luego tras su muerte con tan solo dos años, la música se vuelve un fantasma al transformar el motivo originalmente en arpa al theremín en su mayoría de apariciones. Pero el arpa nunca se va completamente: aparece cuando Neil aprecia a su nuevo bebe o acompañando a Janet cuando escucha en la radio mientras Neil está en una misión e incluso tiene una bella transformación en vals. A pesar de estar muerta, la niña -y su música- aún acompaña a sus padres en los momentos difíciles, así como en los agradables. Pero lo más interesante es que el tema también busca un destino y ese es la Luna, para descansar en paz. Por ello aparece en forma de variación de instrumentos de viento cuando se dice que el programa Apollo llegará a la Luna, en forma de theremín cuando Neil conversa con Ed White y ambos miran a la Luna, o en su máximo esplendor cuando la cámara enfoca la superficie lunar, también funcionando como contraste de la ominosa música de Neil que absorbe todo el momento. Pero su última declaración es en la escena del cráter lunar donde va realmente a descansar en paz, dejando la compañía de su padre para asentarse ahí y reposar eternamente.
Por otra parte, Hurwitz también realiza un acto formidable al no asociar el recuerdo de Karen al producto de la creación de la psique de Armstrong: cuando tiene la alucinación por el mareo en el entrenamiento en la NASA, y cuando en uno de los funerales cree verla entre un grupo de niños, el tema no aparece porque para Neil ella ya no está aquí y solo el espectador sabe que ella aún está en la película.
En la escena final, tras regresar a la Tierra y reunirse con Jane, solo suena el tema de Neil. Es un regreso espiritual pues en su primer contacto de pareja que se vio en la película sonó el tema de Neil pero con una variación del tema de Karen en theremín, mientras que aquí solo suena el motivo del astronauta en arpa sin la presencia del tema de Karen, que aparece cuando la pantalla se vuelve a negro, simbolizando que ella descansa en paz en la inmensidad del espacio.