Una joven enfermera llega a un hospital a punto de cerrar para cubrir el turno de noche mientras se evacúan los últimos niños. Pero detecta algo extraño: los niños hablan de algo extraño a lo que llaman la niña mecánica y aseguran que vive en la segunda planta.
Elaborada creación que el compositor sustenta en tres niveles dramáticos diferentes, que se alternan y entremezclan: por un lado, música "fragil", delicada, romántica, con bellísimo piano, que expone la debilidad de la protagonista; por otra, música de misterio y suspense, deliberadamente herrmanniana, amenazante y sinuosa, que ensombrece la anterior. Finalmente, música de expiación y liberación con voces religiosas, melancólica pero poética, que cierra el duelo musical previo de manera imponente. La película, sin embargo, peca por sus excesos: demasiada música, constantemente omnipresente, hasta el punto que acaba por ser más un inconveniente que una ayuda