Diez años después de que una bomba mate a su mujer y deje sin piernas a su hija, el que fue un policía trabaja en una empresa de seguridad. Pero en su alma solo hay un sentimiento de odio, y un único objetivo: la venganza.
Banda sonora dramática que se aplica y desarrolla en dos espacios: el interior y el exterior del personaje protagonista. En el primer ámbito, el tema principal (el del protagonista) es una melodía dual que enfrenta emociones opuestas (aflicción frente a rabia; deseo de liberación frente a odio), en un duelo que mantiene un inicial equilibrio pero que progresivamente se va pervirtiendo y amargando, llegando a salir del interior del personaje y contaminando con su turbación a quienes le rodean. Otros temas aparecen aportados por otros personajes, pero son en realidad poco relevantes, no tienen significativa continuidad y están ahí para intentar contestar y apaciguar al protagonista, y traer algo de paz y sosiego al ambiente, lo que consiguen solo momentáneamente. La música del compositor, construida así narrativamente, fortalece considerablemente al protagonista, hace más entendibles y expresivos sus silencios emocionales y habla de sus razones, pero también resulta determinante para poner en primer plano su lado más imprevisible e incontrolado, con transformaciones rabiosas y obsesivas de su tema principal, que no aclara hasta el mismísimo final quien gana la lucha interna, si es que acaso la gana alguien.