Cortometraje de animación sobre una niña con habilidades con el violín que ingresa en un extraño Conservatorio donde deberá encontrar su propio espacio.
Poco más de diez minutos le bastan y le sobran al compositor para desarrollar una apoteósica partitura sinfónica, motor emocional y narrativo de este cortometraje sin diálogos, construido para y por la música, vanguardista en sus formas y enormemente emotivo en su fondo. La música es sinfónica clásica, con momentos impresionistas, donde el violín es obviamente el instrumento protagonista. La película sumerge al espectador en su historia con impresionantes imágenes y la apasionada música, en un torbellino de emociones -algunas sufrientes, otras exultantes- perfectamente encaminadas hacia su pletórico final, un radiante vals que culmina un proceso narrativo ejemplar.