Segunda temporada de la serie televisiva que adapta la saga de novelas científicas de Isaac Asimov: cuando parece inminente la caída del Imperio, un grupo viaja a los últimos confines de la galaxia para establecer La Fundación, en un intento de reconstruir y preservar el futuro de la civilización.
Reseña de Javier González:
En esta segunda temporada de la adaptación de Apple TV+ de la épica trilogía de ciencia ficción de Isaac Asimov, Bear McCreary aporta los temas musicales y deja a su equipo de Sparks and Shadows el desarrollo de toda la partitura. Es una banda sonora continuista con el estilo de la primera temporada, con una inteligente mezcla de sinfonismo y música electrónica, utilizando incluso un software de creación propia inspirado en las matemáticas (cuestión capital en la historia) para crear texturas y capas. No hay apenas música grandilocuente o buscando un impacto en el espectador, sino que todo pivota alrededor de los temas musicales, con sentido narrativo y focalizados principalmente en el drama de los personajes. La música es algo más sutil y menos omnipresente que la mastodóntica The Lord of the Rings: The Rings of Power (22), pero comparte ciertas similitudes en su desarrollo temático y estilo musical; de hecho, uno de los mejores temas, el de Gaal Dornick, tiene un comienzo tremendamente parecido al tema de Galadriel (los personajes también comparten algunas características y valores similares). Otros temas relevantes de la primera temporada que siguen presentes en esta nueva tanda son el poderoso tema principal, que abarca varios conceptos y personajes, ya que es aplicado a la Fundación y a su creador, Hari Seldon, así como a Salvor Hardin, la guardiana de la Fundación en el planeta Terminus; también el fantástico tema de Demerzel, la robot asistente del Imperio, que la propia androide ya cantaba de forma diegética en la anterior temporada y que en esta adquiere mayor importancia y dramatismo; por último, el tema de Cleon y el Imperio, que se aplica a los tres emperadores clones (Despunte, Día y Descenso), una música rígida y estoica, menos memorable musicalmente que otros motivos, pero el tema más complejo a nivel narrativo, muy interesante en su relación y diálogo con otros temas, por ejemplo con los personajes femeninos que influyen en los emperadores, tanto Sareth como Demerzel.
McCreary y su equipo han conseguido un elaborado y fascinante universo musical gracias a una inteligente y ajustada combinación de los temas previos con los seis temas nuevos de esta segunda temporada:
La música de la segunda temporada va de menos a más a lo largo de los episodios, manteniéndose demasiado sutil y en segundo plano respecto a efectos y diálogos en determinadas escenas, creciendo poco a poco y explotando de forma magistral en varios clímax de los últimos capítulos. Cabe destacar la secuencia en la que la androide Demerzel se apropia del tema de Cleon y el Imperio, en una decisión musical narrativa de suma inteligencia y significado. Ojalá este protagonismo de la música en la competición sonora hubiera sido así durante toda la temporada, porque si la partitura es buena y además está narrando la historia y aportando información, entonces ¡no la tapes! poténciala y aprovéchala.