Dos agentes de la CIA se trasladan a Rumania para intervenir en el secuestro del hijo del embajador de Estados Unidos. Tras su rescate empiezan a suceder muertes extrañas y violentas.
Sólida partitura sinfónica de tono gótico y decadente, con gran intensidad orquestal y coral, en la que el compositor aplica un tono religioso crepuscular, siniestro. Está muy bien estructurada temariamente y cuenta con momentos muy brillantes.