Una modelo norteamericana es secuestrada en Milán por un sanguinario asesino en serie. Un inspector sigue su rastro.
Notable creación sinfónica en la que el compositor aplica una sólida partitura que desarrolla en diferentes niveles dramáticos: en primer lugar, un tono gótico en su tema principal y en melodías de apoyo, con las que recrea un entorno de grandilocuencia que amplía, y mucho, el carácter casi operístico del filme; en segundo lugar, temas ambientales para el terror, con un calculado sentido caótico, desordenado; finalmente, afligida música dramática que realza la sensación de fragilidad de la protagonista.