Secuela de Unbreakable (00) y también de Split (16) que sigue los pasos del protagonista de la primera mientras busca a la figura superhumana de La Bestia.
Del mismo modo que el filme es la continuación de Unbreakable (00) y de Split (16) ahora ya fusionadas, la música proviene en parte de ambas películas, aunque aquella que se recupera de James Newton Howard queda diluida por los arreglos de Thordson (salvo en los flashbacks) haciendo poco perceptibles algunas de las referencias. Hay música original también, que mantiene la baza de aportar tonos claroscuros, con disonancias y crescendos que reflejan las turbulencias emocionales (y mentales) de los personajes. Sin embargo, aquí la música acaba por ser en exceso apática y distante, aséptica, más del lugar que de los personajes. Pero sobre todo acaba por ser monótona y estática, sin integrarse en el resto del filme ni pautar su evolución. Tan solo al final logra imponer algo de emoción, ya tarde, y sin que tenga tiempo de ser expresiva. Ni especialmente interesante.