La historia de Gloria Steinem, quien se convirtió en la principal portavoz del movimiento feminista en los años sesenta y setenta.
La nueva película de Julie Taymor en colaboración con su marido como compositor no está a la altura de excelencias previas como las de Titus (99) o Frida (02) pero una vez más muestra la solidez creativa de ambos cineastas para lograr el propósito común de que la música alimente estética, dramática y narrativamente la película. A pesar de tratarse de un biopic en algunos de sus aspectos formalmente convencional, la directora hace uso de la música para aportar una perspectiva rompedora, imprevisible y a ratos extravagante, con amplia variedad temática y estilística que en momentos se circunscribe a lo ambiental y en otros inyecta un dramatismo intenso y hasta virulento. Es un caos deliberado que además extiende tanto en el relato como en las escenas con imágenes de archivo, pero que en su conjunto no acaba de ser sólido más por limitaciones del resto del filme que por la solvente y también hermosa aportación de Goldenthal.