A los 33 años, Grace Kelly renunció a su carrera como actriz para casarse en 1956 con el príncipe Rainiero III y convertirse en la Princesa Gracia de Mónaco. La historia se ambienta en plena crisis política y económica entre Francia y Mónaco, en la que la actriz americana se involucró.
El compositor aplica una creación de aire general clásico con un bello tema principal liderado por el piano que ensalza de la protagonista su carácter positivo pero también su soledad ante los acontecimientos. Este tema principal es complementado por otros para el entorno aristocrático que la rodea, músicas algo pomposas que de todos modos funcionan bien por contraste y en la comparación hacen de ella un personaje más sencillo que su contexto. Hay otros temas, más dramáticos y externos a ella, que explican las dificultades a las que debe hacer frente, todos con un tono imperativo, contundente, y música clásica. Todo ello, sin embargo, sin una estructura narrativa sólida, lo que hace que la música que explica a la protagonista quede diluida.