Nueva versión del relato infantil ambientado en un mundo mágico bajo la nieve donde viven unos peculiares seres que aman la Navidad, pero un repulsivo ser llamado el Grinch la odia e intenta quitársela.
No hay ninguna sorpresa en la implicación de Danny Elfman en el mágico mundo del relato infantil del Dr. Seuss. No hay sorpresa pero no hay decepción alguna: es la muy competente música que se espera escuchar y finalmente es la que se escucha. El compositor aplica un notable y empático tema principal, del que saca buen provecho, y que le sirve para estructurar el resto de la creación a su alrededor. El espíritu navideño, la magia, lo sentimental y lo humorístico se recogen y se expanden en diferentes momentos y temas. Todo, pulcramente ordenado y presentado. Sin embargo, y a pesar de sus virtudes, deja la impresión de que el techo (melódico y emocional) podía haber sido más alto y más rotundo. El compositor supera la prueba pero no se supera a sí mismo.