Año 2127. El doctor Merchant, a bordo de una estación espacial, se prepara para cumplir una misión decisiva: acabar con los cenobitas, cerrando para siempre las puertas del infierno.
La saga de películas iniciada en Hellraiser (87) ha mantenido -con algún altibajo- un extraordinario nivel musical, especialmente gracias a Christopher Young. Esta cuarta aportación ayuda a mantener el nivel: se trata de una exquista partitura de gran intensidad emocional en lo que al horror gótico se refiere, con un tono crepuscular y decadente clásico, y momentos del todo brillantes.