La odisea de Charles Lindbergh, el piloto de aviación que logró establecer por vez primera el recorrido entre Nueva York y París sin escala alguna.
El carácter solitario de la aventura que emprende el protagonista y las dificultades que se encuentra le sirvieron al compositor para escribir una elabora partitura que deambula, sin demasiadas alteraciones, entre lo épico y lo intimista, con melodías que refuerzan el peligro de la acción y la nobleza de sus intenciones.
La música resulta muy expresiva en cuanto a descripción de los diversos estados físicos y emocionales por los que atraviesa el protagonista y dota de majestuosidad y cierta solemnidad a su largo viaje.