Adaptación de la novela de J.G. Ballard sobre la llegada de un hombre a un enorme rascacielos en el cual se desarrolla un mundo aparentemente ideal. Solo aparentemente...
El compositor aplica una banda sonora ambiental, variada en temas, que sirve para recrear el entorno del edificio y sus peculiares habitantes. Fluye por varios estados, que abarcan desde una aparente calma y tranquilidad, a una inquietante incertidumbre, con momentos moderadamente siniestros. Pero en su connjunto no acaba de definir sus propósitos.