En el Londres de 1950 un famoso modisto vive una sucesión de tormentas relaciones, hasta que conoce a una tímida camarera, que se convierte en su musa.
El compositor aplica una creación con dos temas centrales: uno, el que será el principal, para el refinamiento, orden y exquisitez de la alta costura, del entorno del protagonista, su casa, y la otra para Alma, su esposa, que busca vencer y someter a su marido y que logra finalmente hacerse con el control de la casa, todo ello desde la ternura y la emotividad. Sin embargo, los excesos musicales de la película, con temas secundarios que son poco relevantes narrativamente y un exceso de temas preexistentes no justificados que llegan a ocupar espacios que le corrresponderían a los dos temas centrales, acaban por generar confusión y desdibujar las pretensiones musicales.
Esta creación es más o menos cómo tener una excelente idea para tejer dramática y narrativamente el filme con la música y destruirla por un exceso de músicas preexistentes completamente injustificadas y también de músicas secundarias que funcionan ad hoc pero que no construyen sino lo despiezan todo. Hay cuatro escenas que son maravillosas, pero que acaban por no servir de mucho. La película arranca con el tema central (será el principal) de "la casa", "la empresa", en realidad el "Ciudadano Kane" de la alta costura, por definirlo de algún modo:
Comienza a sonar (0:39) presentándolo a él solo. Suya es la música. En 1:13 la música se abre y muestra la casa, a la hermana, a las empleadas... el bullicio, la rutina de trabajo, la exquisitez del lugar y del trabajo que se desarrolla... para finalmente regresa de nuevo al protagonista. Esta música sonará nuevamente cuando él la viste por vez primera y, con la música, la convierte en parte del todo, en su familia, en la empresa, en la casa. Finalmente, será ella quien en el cierre final lleve el control de la música y de lo que representa.
Muy bueno.
Harina de otro costal es el tema central de ella, que lucha por vencer a su amado, por no dejarse hundir y por lograr finalmente dominarle. Este tema comienza en un momento muy significativo y metafórico: cuando él se siente incapacitado para conducir el coche y ella se ofrece a tomar el volante (adelanto de lo que sucederá) y este tema funcionará siempre de modo unidireccional ella a él, sin que él (que de hecho no tiene nada de música en las escenas donde mantiene el control, aquellas donde es más despreciable) forme parte de la música.... hasta esta maravillosa escena: ella le ha dicho a su marido que quiere salir a bailar, pues es fin de año, pero él dice que prefiere trabajar. Ella se va, y él se siente por vez primera abandonado. Y va a buscarla. En esta escena se superponen dos músicas a la vez: la de la fiesta, en diégesis, y la de ella, incidentalmente, hasta que esta última toma el control de la escena llegando a silenciar la otra música y también el sonido ambiente.
Este es un punto de inflexión que debería suponer un paso enorme adelante. Pero la realidad es que es como si no sirviera para nada: en secuencias sucesivas, donde este tema debería desarrollarse como se desarrolla la tormentosa relación entre ambos, se insertan temas secundarios o incluso preexistentes, lo que destroza la continuidad y hace que llegue al final de un modo muy poco vinculado no ya a ambos -que podría no ser la pretensión- sino especialmente a ella, que de alguna manera ha acabado perdiendo su música.