Adaptación cinematográfica del best-seller de Michael Ende sobre las aventuras de un niño en un mundo de fantasía, poblado de seres extraños y un simpático dragón volador.
Partitura con radical diferencia estilística y de calidad en la labor de ambos compositores. El alemán se ocupa de la parte sinfónica, espectacular, con imponentes melodías que engrandecen la película y su sentido de infinita aventura, en tanto que Moroder se presta a lo más comercial, con ritmos para dar a la película un aire moderno.