Cortometraje de animación, de terror, ambientadp en un pueblo costero que se verá salvajemente afectado por la llegada de una plaga que afecta a todo el planeta: los muertos están levantándose de sus tumbas y devorando a los vivos.
Los apenas 9 minutos que dura la música de este cortometraje son bastantes para admirar el enorme talento de su compositor, que se explaya con una música sinfónica de apabullante intensidad, donde se alterna y fusiona el terror y lo lírico, con una construcción espléndida y un uso instrumental notable. Se acompaña de La hora fría (07).