Un hombre que es injustamente condenado a cadena perpetua en Alcatraz intenta sobrellevar su situación con la ayuda de un joven abogado que cree en su inocencia.
Partitura de enorme dramatismo, nada efectista, que arranca con un bellísimo tema principal, una elegía para cuerdas y coros, que se desarrolla a lo largo del filme. La presencia de los coros, el empleo de un cuarteto de cuerda y un solo de viola (a cargo de Leslie Harlow) contribuyen a dotar de enorme emoción a toda la banda sonora.