Pesimista visión de un futuro devastado por la guerra nuclear en el que un submarino se dirige al único sitio libre de contaminación, Australia, aunque cuando llegan hay signos de que hasta allí ha llegado la terrible radiación.
Bellísima creación en la que el compositor, lejos de hacer un retrato melódico de la angustia y el horror, escribió sustancialmente una música lírica, casi bucólica, con la que expresaba más el anhelo de paz y liberación de los protagonistas que no el peligro al que se enfrentaban. Se acompaña de The Secret of Santa Vittoria (69).