Secuela de Hostel (05), en la que un nuevo grupo de jóvenes cae en las redes de unos sádicos.
El compositor repite varios de los esquemas que aplicara en la primera parte y se decanta por enfatizar lo grotesco, lo exagerado, en una partitura de terror no convencional en la que orquesta, voces y electrónica recrean un entorno turbio y denso, gótico. Incluye momentos realmente notables, intensos, incluso bellos, que se contrastan de modo casi sádico con la dureza y la crudeza de las imágenes.