Las aventuras de un pato inteligente que llega desde el espacio a la Tierra.
Este es uno de los casos de cómo una película infumable puede tener una partitura mucho más que decente. La creación del compositor se mueve entre melodías sinfónicas, muy serias, y temas románticos, con su habitual tono cálido y melancólico en el que participa el saxo. Se estropea, eso sí, por la inclusión de las típicas canciones comerciales, tan horrorosas como la película.