Dos reporteros quieren descubrir la mafia que transporta inmigrantes de África a Europa de forma ilegal.
Partitura densa en la que el compositor aborda con soltura desde lo lírico (un bello canto) hasta lo más sombrío, con momentos siniestros en los que hay sitio tanto para una suerte de danza macabra como para momentos que son más liberadores. Es dramática, pero demasiado críptica.