Un peligro maléfico amenaza la Tierra. El brutal rey Hiperión ha declarado la guerra a los hombres y su ejército quema Grecia a su paso mientras busca un arma de poder inimaginable: el legendario arco Epiro, hecho por Ares en el Olimpo. El hombre que posea este arco podrá liberar a los titanes encerrados tras los muros del monte Tártaro. Zeus encomienda en secreto la misión al joven Teseo de salvar a su pueblo de Hiperión y sus hordas.
El compositor aplica una excesiva, ampulosa y finalmente no demasiado interesante creación basada más en lo espectacular y llamativo que en cualquier tipo de sutileza. No era esperable que se inspirara en las raíces musicales griegas, en absoluto, pero sí que tuviese algún tipo de consistencia estructural, temaria o dramática. No la hay, aunque contenga momentos de cierto interés. Sustancialmente es una música hecha para impresionar y llamar la atención. Fuegos de artificio bien hechos, pero más de explosiones que de brillos.