Banda sonora dramática hecha con orquesta y electrónica. Durante buena parte de la película la música, bastante opresiva y asfixiante, está claramente anclada en el pasado del personaje pero desde la perspectiva de su presente, representando bien la niebla que no permite ver ni siquiera intuir lo que verdaderamente sucedió, y que solo ella sabe. Se sabrá mucho más adelante, en un flashback, pero hasta entonces la música alrededor de ella es misterio y también dolor. En un momento determinado, cuando entran en acción los hermanos del hombre que murió buscando venganza, la música entra también en acción, siguiendo los códigos usuales –y mucho menos interesantes– del suspense y la tensión. La resolución final despeja las nieblas musicales del pasado y abre un hermoso claro (también musical) que despeja el futuro para la protagonista.