Quinta entrega de la saga iniciada en Raiders of the Lost Ark (81), en la que Indiana Jones debe emprender otra aventura contra el tiempo para intentar recuperar un dial legendario que puede cambiar el curso de la Historia.
Este filme finaliza una saga que había arrancado con un Indiana Jones joven y ágil y que aquí concluye con un aventurero anciano pero con aún energía, lo que se refleja en una música que ya no tiene la agilidad y vivacidad de antaño pero que sigue viva y activa. De hecho, el relativo cansancio y decrepitud de las músicas -comparándolas con los filmes anteriores- se corresponde precisamente a un Indiana Jones cansado y decrépito, y con ello se hace todo mucho más verosímil. Esto se aprecia singularmente en la práctica totalidad de las apariciones del tema principal: su falta de brío evidencia que es, también, un tema musical viejo, fatigado.
Respecto a las músicas que no se corresponden directamente a Indiana Jones se mantienen en el nivel de ímpetu y energía esperable, aunque tampoco están exentas de cierta falta de potencia, colorido y firmeza: es algo que es apreciable en lo que concierne al misterio y fascinación por la Anticitera de Arquímedes, que está, existe y se muestra pero sin llegar al nivel de presencia y trascendencia del arca de la alianza de la primera entrega, por ejemplo. El tema de Helena, la co-protagonista, es una melodía romántica, añeja, deliciosamente rozsiana, que aporta un tono cinéma noir muy simpático y que está muy presente y va tomando posiciones a lo largo del metraje.
Lógicamente la acción es de absoluta importancia en la película y en la música, pero en este filme lo es tanto o más la nostalgia, que Williams impregna desde el principio con ese tono crepuscular hasta llegar al final, en el reencuentro de Indiana Jones con Marion. Ambos están viejos y en trámites de divorcio, pero al reunirse y mirarse renace no solo la llama del amor sino que el tema que les unió renace también, sin haber envejecido un ápice, evidenciando el estado de ese sentimiento a pesar de las arrugas de ambos. Y tras él, reaparece también el tema de Indiana Jones con la misma energía e ímpetu que en sus mejores años. De alguna manera, el amor reaviva ambos temas musicales.