En 1954 Albert Einstein se encuentra en Nueva York para dar una charla, y cuando se retira a su hotel se encuentra en la habitación a Marilyn Monroe, con la que empieza a charlar sobre temas tan diversos como la teoría de la relatividad, el sexo y la política.
Los compositores aplicaron una creación diversa, a ratos sombría y en otros más sentimental, que aportaba distintos tonos en función del asunto del que se conversa. Hecha con instrumentos reales y sintetizadores.