Filme de animación sobre un niño que viaja a una isla donde han sido desplazadas todas las mascotas caninas para buscar a su perro extraviado.
El compositor firma una creación que sustenta en el folk japonés, evitando la sonoridad occidental. Gira en torno a un tema principal persistente y retentivo, también contundente, al que aplica variaciones para entretejer el contunto de la banda sonora, completada por temas en similar línea con los que se aporta un moderado tono ceremonial pero también dramático, y se alcanza algún momento particularmente emotivo. Como sucediera en la anterior película de animación del compositor y el director, Fantastic Mr. Fox (09), es una música que forma parte del relato inmediato del filme, sin trascenderlo.