Partitura en la que el compositor aplica un tipo de música étnica -mayoritariamente africana, aunque no exclusivamente- muy distante a las que habitualmente se emplean para acompañar los paisajes africanos: lejos de lo bucólico y lo exultante, su mirada es intimista y dramática, muy elaborada, en la que aprovecha la rica sonoridad de los distintos instrumentos aborígenes para establecer un tono estable a lo largo de su trabajo, rehuyendo además un desarrollo temario convencional. Al contrario, busca en su dispersidad un modo de realzar el sentido de movimiento, de cambio, que hace las veces de la mirada del protagonista sobre su entorno.

Hay un par de giros en esa tendencia con la inclusión de animadas canciones tribales, pero en el resto la música discurre entre lo reflexivo, lo contemplativo y lo dramático