Un niño alemán que tiene a Adolf Hitler como su amigo imaginario, y que pertenece a las Juventudes Hitlerianas ve su mundo alterado cuando descubre que su madre esconde en su casa a un niña judía.
Las propias peculiaridades de la película, que aborda a la vez la comedia y el drama, la sátira y la extravagancia, en un revoltijo de escenas y situaciones, hace difícil que la música pueda seguir todos esos frentes, cuando además quiere abarcarlos todos. A ello se une que se le mengua espacio puesto que el filme hace uso de abundante música preexistente, no solo con fines ambientales, sino también para la comedia, el drama, la sátira y la extravagancia. Con todo ello el compositor abarca mucho pero alcanza poco. Tiene un tema principal marcial simpático, que es una buena presentación y que luego conoce alguna variación para empatizar con el niño protagonista. Luego hay temas dramáticos que no acaban de cuajar y músicas ambientales que funcionan en sus contextos. Pero al conjunto le falta solidez y finalmente no es mucho lo que puede hacer por el filme, quedando a su retaguardia.