Filme sin actores ni diálogos, sólo sustentado en las aventuras de una gaviota y existencialistas canciones de Neil Diamond.
Además de las canciones de Neil Diamond, la película incluyó breves pasajes orquestales en los que Holdridge aplicó música de acompañamiento circunstancial, con cierto aire bucólico. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio The Films of Lee Holdridge (85).