Secuela de The Hunger Games (12), en la que la protagonista vuelve a casa tras ganar los Juegos del Hambre, pero pronto se da cuenta que se está gestando una rebelión y que se preparan unos nuevos juegos.
El compositor desarrolla una línea coherente con la música de la anterior película, pero esta es una banda sonora bastante más oscura y dramática. Vuelve a aplicarla en dos niveles bien definidos: la música para el entorno y el contexto futurista y la música para las emociones de los protagonistas. Aquí, sin embargo, no hay equilibrio entre ambas, siendo la parte dramática bastante más débil y desesperanzada, en tanto la del entorno mantiene su vigor y poderío, en un contraste deliberado que busca dar un tono más apocalíptico.