JUNO es el fascinante retrato de la longevidad, tratado no obstante desde un cariz demasiado ácido que recarga su discurso hasta la exasperación. La verdad, esperaba muchísimo más de esta película, la más sobrevalorada, y con diferencia, de 2007. Sus personajes, a excepción de la –debatiblemente- notable interpretación de Ellen Page como la protagonista principal, deambulan sin dejar huella. El montaje y los planos son cursis, y la mayoría de sus diálogos no hacen sino insuflar vorazmente una trama que ya estaba contada a los quince minutos. JUNO, se convierte así, en un pseudo-retrato de la sinceridad en tiempos adversos, ejecutado sin el más mínimo encanto ni pasión, a pesar de ese aire a film independiente, excitante a priori, pero a años luz de autenticas joyas recientes del género como, por ejemplo, PEQUEÑA MISS SUNSHINE. JUNO presume de honestidad y modestia, pero su guion es pedante y sus situaciones forzadas. Hay mucha presunción en sus formas y apenas un par de instantes simpáticos. El resto; culebrón de medianoche orquestado por tipos con mal sentido del gusto. Esto último, que pudiera ciertamente parecer un insulto desmedido, cobra –si cabe- mayor sentido a la hora de valorar la banda sonora. Llamadme purista si lo preferís, pero yo me quedo con un score de los de toda la vida antes de tropezarme con estas cancioncillas mediocres recitadas por porretas adolescentes. Y que conste que con esto no quiero desprestigiar a las películas cuya carga musical recae íntegramente en las canciones, pues ahí tenemos casos como, por ejemplo, la vibrante RESERVOIR DOGS o la frenética y no menos delirante MIEDO Y ASCO EN LAS VEGAS. Sin embargo, lo que en estos casos era una selección de piezas integradas de forma extraordinaria en el relato, en JUNO rayan el insulto. No creo que deba darle más importancia. No me gustó JUNO, punto. No es de mi estilo. No la quiero conmigo. Toda para vosotr@s. Y ojalá la disfrutéis. SIW