Un hombre que entra a formar parte de un jurado en un juicio por asesinato entra en un serio dilema moral que podría influir en el veredicto para condenar o liberar al acusado.
Para este sobrio, elegante y calmado filme cuya base argumental y dramática se centra en las emociones y el comportamiento del protagonista la música está completamente enfocada en él, en iluminar y clarificar sus sombras y lo que proyecta a su alrededor, así cmo subrayar la pulsión y tensión. La partitura no es un elemento principal en la película, funciona más (y muy bien) como pequeñas aportaciones y matices, y recuerda en buena medida las creaciones del fallecido Lennie Niehaus, no tanto por el tipo de música como por su aplicación.