Una joven y sus amigos se disponen a pasar un tranquilo fin de semana en un pueblecito rodeado de un bosque, cerca de la frontera con Francia...
Banda sonora de género en la que el compositor sigue fiel y eficientemente sus códigos usales: música ambiental para generar el entorno de terror, tóxica y hostil, que es asfixiante y opresiva. En ese contexto surge la música dramática, afectada y desoladora, que no solo se dedica a plasmar las emociones sino a explicar y retrotraer a eventos del pasado que se traen al presente, hasta que encuentra y se le da su cauce de liberación. El compositor mantiene en todo momento un tono contenido y austero, intimista, también en la exposición del terror.