Una diseñadora conoce a un científico especializado en botánica que le pide colorear una flor. Ella acepta, pero él desaparece repentinamente, y ella emprende una búsqueda en un mundo extraño, irreal y lleno de misterios, donde se fusionan la vida y la muerte.
El compositor funde, de modo singular y delicado, música electrónica, instrumentos indígenas y un cuarteto formado por dos violines, una viola y un sobresaliente violonchelo, para fusionar el entorno real con el irreal del filme.